Danzas blancas o gremiales de Galicia
Las danzas blancas o gremiales de Galicia son un ejemplo más del rico patrimonio etnográfico de estas tierras. Son danzas muy antiguas, de origen probablemente pagano, aunque algunos autores sostienen que surgieron en los gremios de artesanos de los siglos XVI y XVII.
En Galicia se conservan, a día de hoy, treinta y tres danzas blancas diferentes que se siguen representando año tras año en las numerosas fiestas y romerías de distintas localidades gallegas, brindando a los visitantes la oportunidad única de conocer estos ancestrales bailes. Todas ellas se interpretan al son de gaitas y tamboriles, y a veces también de panderetas gallegas y otros instrumentos tradicionales.
La mayoría de las danzas blancas se realizan en honor a la Virgen María, y es por ello que los trajes de los danzantes son principalmente blancos, como símbolo de pureza. También es frecuente que las damas vistan, además del blanco, coloridos adornos que ensalzan el ambiente festivo y de celebración que acompaña a estas danzas.
Puesto que existen muchas danzas gremiales en Galicia, os hablamos aquí de algunas de las más famosas y multitudinarias de ellas.
Baile de las Penlas
Esta singular danza se celebra cada año en la localidad de Redondela durante las famosas Fiestas de la Coca. En ella participan dos niñas y dos mujeres vestidas íntegramente de blanco. Las niñas vestidas con encajes, tules blancos y alas de ángel, bailan y hacen reverencias al ritmo de la música de gaitas, tambores y castañuelas, subidas sobre los hombros de las dos mujeres danzantes.
El ancestral Baile de las Penlas se celebraba en prácticamente toda Galicia en siglos pasados, pero a día de hoy solo ha sobrevivido en este municipio de la Ría de Vigo.
Además, en Redondela se vive de forma simultánea al Baile de las Penlas, otra danza blanca de particular interés: la Danza de las Espadas, que ya solo se celebra aquí y en Carril.
Danza Celta de Anceu
La tradicional Danza de Anceu se celebra cada año en honor a la Virgen de los Dolores en Ponte Caldelas.
La integran ocho danzantes, cuatro hombres y cuatro mujeres, que ejecutan cinco bailes con mimbres (vimbios), palos, castañuelas y cintas al son de las gaitas y los tamborileros.
Su origen, al igual que el de otras danzas blancas, es incierto, y su conocimiento se transmite de generación en generación. En los años 70 se modificó el repertorio y se incorporaron algunas de las tradiciones de A Franqueira, como la del trenzado de las cintas.
Farsa das Espadas
La Farsa das Espadas o Danza de las Espadas de Carril es uno de los bailes gremiales más antiguos de Galicia, y atrae cada año a cientos de visitantes por lo atractivo de sus coreografías y la vistosidad de sus trajes.
Las Danzas de las Espadas se celebran en varias localidades marineras como Redondela, Baiona o Marín y, en particular la de Carril, también denominada “Farsa” ha adquirido mayor fama en los últimos años. Aquí tiene lugar cada año durante la procesión religiosa del Santiago Apóstol de Carril, que es el patrono de esta parroquia de Vilagarcía de Arousa.
Una de las coreografías más llamativas de la Farsa das Espadas es el desfile de los bailarines por debajo de la imagen del Apóstol y bajo un pasillo formado por espadas. Esta danza está muy relacionada con el mar y los marineros. Los danzantes, denominados “farsantes”, visten calzones y medias blancas, una camisa de lino con la cruz de Santiago estampada en rojo sobre el pecho, faja, boina negra y alpargatas de esparto.
Danzas gremiales en Betanzos
Betanzos es el lugar de Galicia con mayor concentración de danzas gremiales, conservándose cuatro de ellas: la de los Mariñeiros o Mareantes, la de los Labradores, la de los Zapateiros y la de los Xastres o Alfaiates. Existen documentos que constatan la existencia de estas danzas ya en el siglo XV.
La más conocida es la de los Mariñeiros, que se interpreta conjuntamente con la de los Labradores durante la celebración de las fiestas patronales de San Roque, el 16 de agosto. La danza de los Mariñeiros o Mareantes está presente en realidad en todas las festividades betanceiras, aunque es en San Roque cuando alcanzan su mayor esplendor. Es interpretada por numerosos jóvenes vestidos de blanco con fajín rojo, cintas de colores en los hombros y pañoleta azul. Llevan en las manos arcos de madera de castaño adornados con cintas de colores que son parte fundamental de la danza. En la cabeza está el guía, que porta una espada que representa la justicia, y al final el contraguía el representación del pueblo. También participan en la danza el demonio o “gamachiño” vestido de negro con cuernos y peluca roja, y un abanderado que simboliza la paz.
Recientemente, la Escuela Municipal de Folclore de Betanzos ha recuperado las danzas de los “Zapateiros” y de los “Xastres o Alfaiates” que, tras muchos años en el olvido, hoy vuelven a bailarse en Betanzos.
Danzas Reales
Estas danzas gremiales honran la llegada de los reyes de oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar, y que por lo tanto se representan el día 6 de enero. La Asociación Lembranzas da Ría de Cangas, ha recuperado estas danzas de otros lugares como Ponteareas y Mondariz que, tras años en el olvido, hoy mantienen viva su tradición ancestral gracias a esta asociación canguesa.
Así, en la villa marinera de Cangas se interpreta la danza de Castalletas y la danza de Paus y Arcos, ambas de Mondariz; así como la danza de Paus de Cartellas y las Cintas de Pesqueiras originales de la zona de Ponteareas.
En estos bailes participan hombres, mujeres y niños vestidos de blanco con coloridos adornos. Se caracterizan por incorporar un baile de cintas de colores, que están unidas a un palo vertical, y cada danzante porta una de ellas en la mano. A medida que la coreografía avanza, las cintas se entrelazan y desentrelazan sobre el palo formando vistosas formas y completando una danza de los más hermosa y llamativa.
Como hemos dicho, existen más de una treintena de danzas gremiales en todo el territorio gallego repartidas en 26 municipios, por lo que nos sería imposible enumerarlas todas. De lo que no cabe duda es que gracias a la labor de asociaciones de vecinos y culturales, y también de las escuelas de danza, a día de hoy en Galicia se mantienen y se recuperan del olvido estos ancestrales bailes que son una parte muy valiosa de nuestro patrimonio etnográfico.